Antes de comenzar con los itinerarios que recorren la isla, merece la pena comenzar visitando Las Palmas de Gran Canaria, la capital de la isla. Una ciudad que mezcla la tradición canaria con la modernidad de una gran urbe, y que constituye un destino perfecto para pasar unos días de vacaciones.
Situadas al sur de Gran Canaria, las Dunas de Maspalomas son, sin duda, el paisaje más espectacular de toda la isla. Se trata de una reserva natural de gran belleza, con más de 300 hectáreas de arena dorada, a modo de pequeño desierto.
La Playa de las Canteras es en realidad una laguna natural con una playa urbana de tres kilómetros de largo. La temperatura del agua permanece constante durante todo el año, lo que la hace perfecta para bañarse en cualquier época.
El Puerto de Mogán, situado al sur de Gran Canaria, es una de las zonas de la isla que disfrutan de un clima envidiable y un gran número de días de sol durante todo el año. Sus playas de arena dorada y su ambiente tranquilo hacen de este el lugar de descanso perfecto, tanto para los turistas como para los habitantes de la isla.
El Barranco de Guayadeque es la separación natural que existe entre las localidades de Agüimes e Ingenio, y constituye uno de los barrancos más impresionantes del archipiélago canario. Cuna de numerosos restos arqueológicos prehispánicos, este espacio natural, verde y escarpado, bien merece que le dediquemos una jornada de nuestro viaje.
Teror tiene un casco histórico que es considerado uno de los más bonitos de toda la isla. Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1979, conserva todo su sabor tradicional y recibe numerosos visitantes, especialmente en domingo, que es el día de mercadillo.